El collarín de eje o collarín metálico es un elemento de sellado anular que se utiliza habitualmente en los sistemas de lubricación de equipos mecánicos. Su función principal es garantizar la fiabilidad de los componentes de sellado y evitar fugas de aceite o gas.
En los sistemas hidráulicos, los collares de eje son eficaces para evitar fugas de líquido a alta presión al colocarse dentro del anillo de retención, donde se comprimen hacia afuera contra la superficie de sellado. Esto crea un sello seguro.
En los sistemas neumáticos, los collares de eje se instalan en la parte inferior de la costura anular de la junta de gas, aplicando presión hacia adentro para mantener la hermeticidad. Su diseño robusto los hace esenciales para un funcionamiento eficiente en diversas aplicaciones.
Los collares de eje vienen en varios tipos, incluidos los collares de tornillo de fijación, los collares de abrazadera (de una pieza y de dos piezas) y los collares con bisagra. Los collares de tornillo de fijación son adecuados para un posicionamiento simple, pero pueden dañar el eje. Los collares de abrazadera brindan una sujeción segura sin dañar el eje, lo que los hace ideales para aplicaciones que requieren ajustes frecuentes. Los collares de dos piezas permiten una fácil instalación y reposicionamiento sin quitar otros componentes, lo que los hace versátiles para ensamblajes complejos.
En los sistemas hidráulicos, los collares de eje crean un sello seguro al colocarse dentro de un anillo de retención, donde se comprimen hacia afuera contra la superficie de sellado para evitar fugas de líquido a alta presión. En los sistemas neumáticos, se instalan en la costura inferior de la junta de gas, aplicando presión hacia adentro para mantener la hermeticidad y evitar eficazmente las fugas de gas.
Los collares de eje suelen estar hechos de materiales como aluminio, acero inoxidable y nailon. La elección del material afecta la durabilidad del collar, la resistencia a la corrosión y el rendimiento general. Por ejemplo, los collares de acero inoxidable ofrecen una resistencia superior y resistencia a entornos hostiles, mientras que los collares de nailon son livianos y adecuados para aplicaciones que requieren componentes no metálicos.